Con las prohibiciones para los judíos, Grete comenzó un peregrinaje por varios colegios. En 1938, presenció la Noche de los Cristales Rotos, en que incendiaron la sinagoga de Bornheim, su ciudad. En 1939, Grete y su familia prepararon todo lo necesario para emigrar a Chile, donde tenían parientes. La Gestapo les quitó todas las pertenencias que habían empacado para el viaje (a pesar de haber pagado los altísimos impuestos exigidos). Cuando su padre fue a reclamar a la Oficina Municipal, fue tomado preso. Luego de unos días, gracias a la insistencia de Grete, logró ser liberado bajo el compromiso de abandonar Alemania en un plazo de 48 horas. Grete emigró con sus padres Hermann Schmitz y Amalie Hirzmann, su hermano menor Ernesto, sus tías Ema, Berta y Elena, y esta última con su esposo Leo Meyer. Viajaron en el barco “Conte Grande” desde Génova a Valparaíso, llegando a Chile el 13 de noviembre de 1939. Se radicaron en Santiago. En 1946 se casó con Laszlo Stern, inmigrante al igual que ella, y tuvieron dos hijos (Eva y Luis).

Información obtenida por Abro Memoria, proyecto conjunto de Memoria Viva y el Archivo Judío de Chile.