Se crió en un pequeño pueblo de Checoslovaquia, y tras la anexión a Hungría, se fue a Budapest a estudiar bachillerato con catorce años. Su hermano estaba enrolado en el ejército húngaro. El resto de la familia fue deportada a Auschwitz. Estuvieron ocho meses, y cuando liquidaron el campo, comenzó la Marcha de la muerte, caminaron varios días por la nieve y luego los subieron a trenes sin alimento ni agua. Se refugiaron en un campamento minero hasta que llegaron los americanos. Pablo regresó a Budapest, donde trabajó en la fábrica textil de su tío y cuando la situación política se puso complicada, decidió emigrar. Estuvo en Israel varios años, y finalmente se vino a Chile donde se reunió con su tío y su hermano. Se radicó en Temuco, donde se casó.