Era miembro activo de la comunidad judía local, al igual que su padre. Frente a la amenaza de guerra, a los 20 años sus padres lo enviaron en un tren de carga fuera de la ciudad, mientras ellos esperaban a que llegara su otra hija (que estaba de viaje) para reunirse con ellos y escapar juntos. Ella nunca llegó, fue asesinada en el camino. Sus padres tampoco lograron escapar a tiempo y también fueron asesinados. Leo conoció en ese tren, a la que después se convertiría en su esposa (Frieda Blezowski). Durante la guerra estuvieron separados, estando un tiempo en Siberia y en los bosques, y luego se reencontraron. Después de la guerra, se casaron, nació su hijo Gerardo, y estuvieron en un Campo de Refugiados de la UNNRA (United Nations Relief and Rehabilitation Administration) en Schlachtensee, Berlín, junto a la hermana de su esposa (Rita y su esposo Bronek), y luego también con su joven cuñada Masha. Luego de un tiempo se trasladaron a Suiza, donde nació su hija Yvonne (1954), y ese mismo año la familia completa emigró a Chile. Tanto Leo como su esposa, se integraron como miembros activos de la Comunidad Judía de Chile, participando en diversas instituciones comunitarias. Él sentía un gran compromiso por la educación judía y dedicó mucho tiempo de su vida a esta labor, siendo presidente del Vaad Hajinuj del Instituto Hebreo (1963-1964) y presidente de la “Comisión Pedagógica” durante muchos años.

Información obtenida por Abro Memoria, proyecto conjunto de Memoria Viva y el Archivo Judío de Chile.