Siendo una niña, tuvo que salir de París junto a su madre. Su padre había sido enviado a un campo de extranjeros. Lograron reunirse en un pueblo de Los Pirineos, hasta que fueron expulsados. A los seis años la bautizaron y la llevaron a un pensionado de señoritas que de unas monjas. Sus padres estaban escondidos en un departamento sobre un café. Suzanne sufrió varias enfermedades, y al tiempo la familia pudo esconderse en Saint-Pé. Allí sus padres trabajaron en un monasterio, donde había un colegio para curas. Al finalizar la guerra, nació el hermano de Suzanne. Ella estaba confundida con respecto a su religión, pues en Lourdes iba a misa en París conoció un grupo de jóvenes judíos y volvió a su religión. En 1959 llegó a Chile y vivió la época de la Unidad Popular con mucho temor, le recordaba lo vivido en Francia.