Luego de haber celebrado su bar mitzva el padre lo envió a Lituania a vivir con una tía. Al cruzar la frontera logró sobornar a un soldado con cinco dólares y se salvó de ser baleado. Estuvo un tiempo en el Gueto de Slavodka. De ahí fue transportado al Campo de concentración Dachau. Tenía 17 años. Le dieron diversos trabajos, sufrió hambre y abusos. Logró escaparse al bosque. Al final de la guerra se reencontró con su padre. De su mamá y de su hermana nunca supo nada más.