Marianne fue la encargada de avisarle a su padre que no regrese a la casa el día de la Kristallnacht. Los policías custodiaban la casa para apresarlo. La madre también le dijo que tras este aviso, ella se fuera donde los tíos. Junto a su madre emigraron a Bélgica. Allí consiguieron visa para Chile y viajaron en el Orazio.