“Yo no pasé la guerra, pasé Hitler” aseveró Ruth. Nació en Polonia pero a los tres años la familia emigró a Alemania. Los alemanes, en 1939, los obligaron a trasladarse a Niemandsland. Gracias a la ayuda del tío materno salieron de ahí. El padre dijo que debían salir de Europa lo antes posible “me voy al fin del mundo”. Tuvieron que pasar por un Campo en Francia y trabajó en la cosecha de uvas. Al tiempo se vinieron a Chile y aquí conoció a su marido.