Creció en una casa ortodoxa, y estudió en un colegio público, en una sala con treinta alumnos, de los cuales seis eran judíos. Cuando Hitler entró a Austria, debieron dejar su departamento e ir a un edificio para judíos. Tuvieron que viajar hasta Berlín para conseguir una visa, y lograron embarcarse rumbo a Valparaíso. Desembarcaron en Angol, donde conoció a su futuro marido.